Hace poco leÃa en Hosteltur ( www.hosteltur.com) unas declaraciones de José Guillermo DÃaz Montañés, presidente de CEHAT y del Instituto Tecnológico Hotelero – ITH (www.ithotelero.org) que: «tenemos que servirnos de la innovación en todos los frentes: productos, procesos y comercialización».
No puedo estar más de acuerdo. Hay que servirse de la innovación para avanzar, reducir costes, optimizar procesos, captar y fidelizar a nuestros clientes… En definitiva, para ser más competitivos. Prueba de ello es que las empresas con mayor éxito son aquellas que están introduciendo innovaciones en sus procesos de gestión.
Pero, ¿en qué consiste innovar?, ¿en copiar las prácticas de éxito de otros? Esto puede ser útil a corto plazo, pero siempre iremos por detrás de nuestros competidores. La solución es hacer de la innovación un hábito.
Innovar nos debe llevar a replatearnos, dÃa a dÃa, el diseño de nuestros procesos. Cuestionarnos cómo se podrÃan hacer mejor las cosas: desde pequeñas acciones, como el cambio en la colocación de los alimentos en el bufet del desayuno, al uso de las nuevas tecnologÃas para grandes desarrollos.
Las nuevas tecnologÃas están revolucionando el sector aéreo. En su mayorÃa encaminadas al ahorro de costes y a la mejora operativa: el billete electrónico, por el que el sector espera ahorrarse unos tres mil millones de dólares anuales, máquinas de autocheck-in y autofacturación, que reducen el tiempo de espera de los pasajeros y disminuye el coste del personal o los sistemas de «yield» y «revenue management», de los que fueron pioneros.
SÃ, es cierto que la innovación no está exenta de riesgos, pero los empresarios saben mejor que nadie que eso de que «quien no arriesga no gana». De hecho, hoy en dÃa quien no arriesga termina por desaparecer.
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