He visto publicado hoy en Hosteltur (www.hosteltur.com): «La compra de la división emisora del grupo Iberostar por parte de la empresa de capital riesgo Carlyle ha despertado el recelo en el sector de las agencias de viajes por los cambios que pueda implicar (…)».
Creo que la inversión de un fondo internacional como Carlyle en la división de turoperadores de Iberostar, que encabeza Iberojet, de la agencia Viajes Iberia y de la aerolÃnea Iberworld, deberÃa considerarse una buena noticia para el sector. Significa, en última instancia, que los grandes fondos confÃan en el crecimiento del sector turÃstico y en la proyección futura del negocio de turoperación y AA.VV.
¿Qué esta inversión pueda suponer cambios en la dirección o en la operativa comercial de las empresas? PodrÃa ser, pero tenemos que ser conscientes que estamos en un sector que desde hace años está demostrando un gran dinamismo, que innova y se reinventa cada dÃa, nos guste o no.
Quien no se adapte a los cambios o, mejor aún, los anticipe para estar preparado, va a pasarlo mal.
Si estas empresas cambian su forma de hacer negocios y modifican su actividad comercial no podemos hacer nada, salvo quejarnos. No podemos pretender controlar las empresas de los demás y marcarles su estrategia, al igual que no dejarÃamos que otros controlaran la nuestra.
Y asà volvemos a lo de siempre, es necesario estar preparado, analizar muy bien nuestro entorno, ver hacia donde va el negocio, anticiparnos y, sobre todo, innovar para ser más competitivos. Hay que reinventarse cada dÃa. En este sector, acostumbrado a unas reglas claras de «convivencia» durante años, el lema ha pasado a ser: «Innovar o morir»:
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