Mientras las compañÃas aéreas y las agencias de viajes se preguntan a quien cargar y cómo los incrementos de combustible y cómo superar con éxito este momento de ralentización económica debido a los altos precios del petróleo, todo el sector mira con intranquilidad la temporada de verano y con miedo lo que venga después.
Si 2008 podrÃa ser testigo de una reducción en la cuenta de resultados, 2009 puede ser el año de cierre de muchas (miles) de compañÃas del sector turÃstico en el mundo si no se logra bloquear o, incluso, reducir el coste del petróleo.
Las necesarias subidas en el precio de las tarifas aéreas podrÃan reducir la ocupación en los aviones, en principio, de un 5% a un 10%. ¿Cuántas compañÃas aéreas podrán soportar estas caÃdas en la ocupación? Sobre todo aquellas que basan su modelo de ingresos en la alta ocupación y rotación de los aparatos. Hace poco, podÃamos leer en Cinco DÃas unas declaraciones de Juan José Hidalgo, Presidente del Grupo Globalia, en el que aseguraba que ya todas las compañÃas volaban “a pérdidas” y pedÃa una solución al Gobierno (en un producto en el que el 90% de su coste final es debido a la fiscalidad que imponen los Gobiernos, parece lógico).
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Eliminación de rutas, reducción de frecuencias y, aún asÃ, reducción de ocupación. ¿Qué nos puede deparar el futuro a corto-medio plazo? ¿hasta qué punto este cambio en el entorno puede influir en los hábitos de los turistas? ¿se beneficiarán los destinos cercanos por su mayor accesibilidad por carretera o tren? ¿volverán a aumentar el periodo medio de las estancias debido a que el precio del viaje volverá a ser una parte significativa del coste de las vacaciones?
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Por otra parte, el encarecimiento de los billetes supondrá un nuevo golpe para el sector inmobiliario de segunda residencia, ya que su atractivo es mucho menor al reducirse las posibilidades de acceder a la vivienda en la costa española en pocas horas a un precio muy bajo.
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Estamos entrando en un nuevo escenario y, como siempre, sobrevivirán aquellos que sepan prever las nuevas tendencias y se adapten a ellas. Formación, análisis e innovación, ¿quién puede negar que esas son las claves?Â
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