Después del breve paréntesis vacacional, comienza un nuevo curso.
Esta temporada de verano nos deja un sabor de boca algo agridulce. El incremento del precio del combustible, que puso a las compañÃas aéreas al borde de la quiebra y al resto de los sectores en serias complicaciones, y las dificultades económicas en los principales mercados emisores han variado la tendencia alcista del año. Según anunció la Comisión Europea, la confianza tanto de los empresarios como los consumidores de la Unión Europea retrocedió en julio, en los 15 paÃses que utilizan el euro, a su nivel más bajo en un quinquenio.
Estos datos explican de alguna manera el por qué de los descensos continuados en el número de turistas internacionales que entraron en nuestro paÃs en Junio y Julio (un 0,7% y un 8% respectivamente, según los datos de la encuesta turÃstica FRONTUR). También podrÃan explicar la moderación en el gasto de los turistas, que en Junio registró un ligero descenso del 0,5% que se hizo más palpable en Julio (1,4%), siempre según los datos que nos brinda el Instituto de Estudios TurÃsticos a través de la encuesta EGATUR.
A esto se suma el aumento del paro y las dificultades por las que atraviesa el turismo nacional (tradicional «seguro de vida» de nuestro sector) afectado por el incremento de las hipotecas y el aumento de la inflación.
Hemos visto cómo muchas empresas han afrontado esta situación con imaginación, ofreciendo descuentos, fórmulas flexibles de pago, regalos, etc., pero, ¿hasta qué punto funcionará esa fórmula? y ¿en qué mercados emisores tendrá verdadera penetración?
A la vista de los datos de Septiembre, debemos hacer una recapitulación seria de todos estos y más factores, que nos ayuden a entender y prever, en lo posible, el comportamiento de los turistas en los próximos meses y asà preparar nuestras empresas para hacer frente a esta situación (quizá más allá de 2009, aunque el Gobierno intente poner lÃmite temporal a estos momentos de crisis generalizada en toda Europa).
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